domingo, 19 de abril de 2009

Una mirada detrás del escudo dorado

Por Agustín Lasso, Paula García y Juliana Orcaizaguirre.



A continuación analizaremos el desarrollo de una tecnología que actualmente se encuentra bajo la mirada crítica de la sociedad: el software de vigilancia. Como caso modelo tomaremos a China, la nación en donde estas tecnologías están siendo probadas, y sus resultados están siendo analizados.
China hoy en día está caracterizada por la creciente transición de numerosos barrios a mega-urbes en poco tiempo, lo que sin dudas representa una nueva forma de organizar la sociedad (que a vez modificará de forma determinante el comportamiento de los individuos). Esta forma es un potente híbrido de las más potentes herramientas de la política autoritarias del comunismo.

En China hace casi una década que se vienen desarrollando diversos software de vigilancia para aplicarlos como herramientas de estado para vigilar las ciudades (por ejemplo, hay una ciudad que cuenta con una instalación de 200.000 cámaras escondidas). Las cámaras de seguridad son sólo una parte de una mucho más amplia de la alta tecnología de vigilancia y la censura en China del programa conocido como el "Escudo Dorado". El objetivo final de este programa es utilizar la última tecnología de seguimiento de las personas: los ciudadanos chinos serán vigilados las veinticuatro horas del día a través de una red de cámaras. Se escucharán sus llamadas telefónicas (que serán supervisadas por tecnologías de reconocimiento de voz). Actualmente ya su acceso a Internet está limitado de forma agresiva a través del control de línea conocido como el “gran cortafuegos” (the great firewall). Sus movimientos serán rastreados a través de tarjetas de identificación nacional, y sus fotos estarán en la base de datos de la policía. El elemento más importante es el resultado de la unión de todas estas herramientas juntas en un masivo: base de datos de nombres, fotos, información de residencia, historial de trabajo. Con su “Escudo de oro” terminado, China tendrá una completísima base de datos de sus habitantes; y hay varias empresas interesadas en que este experimento salga bien, ya que van a tener acceso a esta información de los ciudadanos (es la investigación de mercado que siempre soñaron para poder incrementar el consumo). Es aquí donde se ve claramente cuáles son los intereses que confluyen a la hora de la creación de tecnologías: los de las empresas, los financistas y los del Estado. Muchos de los principales líderes de este mercado del software de vigilancia invierten en este rubro impulsados por la creencia de que es este es el siguiente ”punto com”. Y esto fue algo que autores como Franco Berardi supieron prever después la caída de las “punto com” (y luego del once de septiembre): la investigación y la innovación quedan en la esfera de producción militar y de la seguridad.

Cuando estallaron las protestas en el Tíbet, el sistema de vigilancia fue lanzado en su primera prueba en vivo: ni bien las protestas aparecieron, China reforzó su Gran Firewall bloqueando el acceso a sus ciudadanos de decenas de puntos de acceso de noticias extranjeras. Se utilizó cada instrumento supuestamente liberador de la “era de la información” como métodos de represión y control. Todas Las nuevas tecnologías que en un principio fueron concebidas para la democratización de la información, para la mejora en la calidad de vida de los seres humanos, esta vez sirvieron para los objetivos más contrarios posibles. A pesar de sus ciudadanos tuviesen un acceso sin precedentes a la tecnología de la información, el gobierno chino demostró que tiene el control de lo que ven, leen y oyen.

Es necesario recordar, y tomar como base una idea de Manuel Castells: internet fue una creación cultural antes que tecnológica; nació de la ambición, de la necesidad de crear un espacio democratizador de la comunicación, y así ayudar a la liberación de todos los individuos inmersos en las sociedades; y fue específicamente diseñado con la intención de que fuese muy difícil controlarlo. Él fue quien también sostuvo que “El gran hermano existe y es brutal, porque puede fulminar a alguien pero es demasiado tonto para enfrentarse con las millones de mentes que pueblan la red en un sistema de inteligencia distribuida e interactiva” *(1). El estado le teme a internet porque no está definido por sus propias reglas, no tiene forma de controlarlo y someterlo a una vigilancia continua (como sí puede hacer con otros medios). Parece ser una obsesión constante la de los estados y empresas de comunicación la de incrementar sus opciones de vigilancia y control. Para referirse a casos como el de China, Castells estableció que “es capacidad de los ciudadanos imponer a sus gobiernos el respeto de la libertad de comunicación. Y también, la presión que pueden ejercer los usuarios sobre las distintas empresas de comunicación, castigando a aquellas que sean menos respetuosas con su privacidad” *(2); pero Castells no tiene en cuenta que las posibilidades de la población china de proceder de esta forma es casi nula por el creciente autoritarismo ejercido por el gobierno en sus medidas (no solo sociales, sino políticas y económicas también).

Una de las primeras personas para investigar el caso de China fue un investigador británico llamado Greg Walton. En el año 2000, Walton fue encargado por una organización ligadas a los derechos humanos para investigar las formas en que las fuerzas de seguridad chinas se nutrían de las herramientas de la era de la información para limitar la libertad de expresión y vigilar activistas políticos. Una vez que documento todo, Walton estaba pensando cómo dar a conocer su reveladora información, cuando de repente se anunció Walton estaba evaluando como dar a conocer su reveladoque un avión había golpeado las Torres Gemelas: el contexto del trabajo había cambiado para siempre.

Es importante hacer sonar la alarma lo más temprano posible en casos como este, y hacer las denuncias respectivas a la violación de los derechos humanos y libertades individuales que los ciudadanos chinos no pueden hacer, producto del autoritarismo ejercido por su gobierno. Es una obligación demostrarle a los estados que los individuos de las sociedades no van a dejar que las herramientas que antes nos marcaron los pasos a seguir, y mejoraron nuestra calidad de vida, comiencen a ser usadas en nuestra contra para el beneficio de las grandes economías (empresas y estados); esto deberá suceder a pesar de que sigan aprovechando las grandes catástrofes, nutriéndose del miedo provocado en los individuos que terminan aceptando cualquier medida que los haga sentir mas protegidos. Esta forma de proceder esta llegando a su fin, ya que hay demasiadas investigaciones que certifican que muchos de esos actos fueron deliberados. Los trabajadores cognitivistas deberían rehusarse a colaborar con los líderes interesados en el desarrollo de estas tecnologías. Después de todo no deben olvidar la labor de anteriores colegas, quienes crearon internet con un objetivo netamente filantrópico y democrático; y hoy ven cómo gobiernos como el chino lo utilizan como un método de control y censura.

Citas

*(1) Pascual, Mayte, En que mundo vivimos (conversaciones con Manuel Castells), página 231.

*(2) Pascual, Mayte, En que mundo vivimos (conversaciones con Manuel Castells), página 232.

Bibliografía utilizada

Pascual, Mayte, En que mundo vivimos (conversaciones con Manuel Castells).

Baricco, Alessandro, Los barbaros.

Gordillo, Mariano Martin, Materiales para la educación CTS del proyecto Argo, segundo capítulo, páginas 64-101.

Solis, Lucía, El pensamiento complejo.

Berardi Bifo, Franco, Generación post-alfa (patologías e imaginarios en el semiocapitalismo).

Klein, Naomi, china’s all seeing eye, revista Rolling Stone, publicado el 29 de mayo del 2008.

domingo, 5 de abril de 2009

El imparable crecimiento de la tecnología en el deporte


Por Paula García



Hoy en día todas las personas se cruzan con la tecnología, ya sea en su ámbito laboral, de estudio, en la casa y hasta en la calle. El deporte no se queda atrás, muchos avances nacieron en las diferentes disciplinas, desde la evolución de la raqueta de tenis, hasta pelotas de golf aerodinámicas. Otros quedaron en la nada como fue en el caso del fútbol cuando propusieron colocarle un chip a la pelota que estaría conectado con sensores en los arcos y con dispositivos de audio que tendría el árbitro. El objetivo de este adelanto era corroborar si la pelota entraba o no al arco.
A partir de este caso en particular surgieron debates, ¿este tipo de “progreso” perjudicaría al deporte? ¿La esencia del mismo se estaría diluyendo al incorporar cosas que no pertenecen al fútbol original?
La afirmación de Gordillo(1) en cuanto a la evaluación clásica de tecnologías, explica este sentido de debate: “La evaluación de las consecuencias de una tecnología tiende a ser identificada con la evaluación de los impactos y su eventual aceptación en función a los beneficios esperados de esa tecnología.
Si bien los integrantes de la FIFA(Federación Internacional de Fútbol Asociado) presidida por Josefh Balatter, junto a la firma deportiva Adidas y las empresas de tecnología Cairos y Fraunhofer idearon este chip, y la International Board autorizó el uso de esa técnica, todo quedó en la nada debido a la gran discusión que surgió a nivel mundial. Todavía se recuerda aquel partido en la final de la Copa del mundo de 1966 donde Inglaterra venció a Alemania por 4 a 2 y el tercer tanto del consagrado campeón de ese mundial sigue siendo un trauma para Alemania: la pelota pegó en el lado de adentro del travesaño y salió al campo de juego. El árbitro dio el gol, luego de consultar al juez de línea ruso. Peroo... ¿fue gol?
¿La suspensión de iniciar esta nueva tecnología le quita la mística al fútbol?
Por su parte, el sistema denominado "Ojo de águila" en el tenis no trajo problemas, fue un gran progreso en el deporte y una gran ayuda para todos los que participan en un encuentro. Permite a los jugadores solicitar a los árbitros que verifiquen en el video si una bola ha sido buena o no. El "Ojo de águila" utiliza cámaras fijas en la pista que trasladan la imagen a un ordenador que traza la trayectoria de la bola, con el fin de determinar si una pelota ha entrado o no. Este sistema ha sido utilizado por las distintas cadenas de televisión, pero nunca se había usado como ayuda al arbitraje.

Como otro punto importante hay que remarcar que los avances tecnológicos también llegaron al torneo fantástico Gran DT, iniciado en 1995 y hoy de regreso, ha dado un gran avance tecnológico para los hinchas del fútbol argentino. Es un juego en el cual cada participante arma un equipo y el objetivo es sumar la mayor cantidad de puntos para ganar un premio de dinero. El puntaje es dado por el diario Clarín, quien es justamente el que organiza este torneo.
En sus comienzos el manejo y armado de equipos se hacía a través de una revista, todo se controlaba de manera manuscrita y para que Clarín también tenga el control, los participantes enviaban sus equipos por correo. En la actualidad el Gran DT se maneja por una página web, esto permite más usuarios, mas rapidez, mas accesibilidad. Existe una interacción, debido a que posee una sección denominada Torneo de Amigos, la cual permite el contacto y la competecia con otras personas. Con respecto a este punto, Gordillo(2) sostiene que “La tecnología cambia la relación de los seres humanos con su entrono introduciendo novedades que les permiten una mejor satisfacción de sus necesidades naturales” y agrega que “ una tecnología que no innove, que no cambie, resulta impensable ya que la transformación es parte de la propia esencia de la actividad tecnología”.
Esta interacción es constate y además es un sitio lleno de información de los clubes y los jugadores. Para los fanáticos, es un gran progreso. Sin embargo, como todo tiene sus desventajas, las personas mayores que aman al fútbol y quieren participar, necesitan ayuda porque no se adaptan a utilizar Internet. Sin embargo, esto da como resultado dos opciones favorables: una la de interrelacionarse con la familia o con otras personas para recibir ayuda y puedan participar y la otra ¿porqué no utilizar al fútbol como incentivo para comenzar a aprender?


(1) Gordillo, Mariano Martín, Materiales para la educación CTS del Proyecto Argo, capítulo 2, página 22.
(2) Gordillo, Mariano Martín, Materiales para la educación CTS del Proyecto Argo, capítulo 2, página 14.


Bibliografía utilizada:
Gordillo, Mariano Martín, Materiales para la educación CTS del Proyecto Argo.

Tecnófilos y tecnófobos


¿Porque asociamos muchos de los desarrollos sociales con desarrollos tecnológicos, sin aceptar que los desarrollos tecnológicos son desarrollos sociales? Es un comportamiento típico de la sociedad moderna, basado en una concepción muy retrógrada: la sobrevaloración de la tecnología.
En los comienzos de la tecnología, esta no resultaba muy popular, ni accesible a toda la gente; por lo que se la respetaba como asunto de expertos. Más tarde cuando esta se hace más masiva y sus progresos se ven más a menudo y con mayor rapidez, la sociedad se divide en dos: quienes apoyan ese crecimiento, y quienes le temen; tecnofilios y tecnófobos. Ambos comienzan a olvidar que la tecnología fue creada por el hombre, y hasta la comparan con seres divinos, sobrenaturales. Aunque parezca extraño, después de muchos años de esta división, la sociedad no ha evolucionado lo suficiente como para darse cuenta qué es la tecnología, de dónde viene, y cómo la podemos manejar.

Hoy en día todos nos damos cuenta del avance de la tecnología en nuestras vidas, y en la vida de los demás, y reconocemos con facilidad a personas con mucha afición a la tecnología y a otras con perspectivas más pesimistas con respecto a su avance; esto nos parece un fenómeno repentino, sin embargo en el texto Ciencia, Tecnología y Sociedad de Martín Gordillo (*) algunos autores como Ortega y Mumford nos plantean tres etapas que hicieron que la sociedad llegue a esta división, cada uno con su punto de vista, ya sea a favor o en contra de la tecnología.
En el caso de Ortega, se nos plantean tres etapas en las cuales se va desarrollando la técnica del ser humano de manera antropológica, empezando por la técnica del azar, que se remonta al hombre primitivo y hace referencia a la ingenuidad con la que creía se desarrollaban las cosas y su ignorancia para diferenciar los actos técnicos de los actos naturales, que no requieren ningún tipo de inteligencia. Después nos habla de la técnica del artesano, donde el hombre ya esta mas conciente de sus capacidades técnicas, y la aprovecha, pero donde todavía es posible volver a una forma primitiva, prescindiendo del uso de sus nuevas creaciones. Por ultimo da lugar a la técnica del técnico, que es la etapa donde el hombre se da cuenta total y completamente de sus capacidades y reconoce la técnica como una actividad ilimitada, sobretodo con la aparición de la máquina.


Mumford, por su parte, supone otras tres fases. La primer fase que plantea, es la fase eoténica, refiriéndose a la época en que el ser humano utiliza ciertos elementos de la naturaleza, como el agua y el viento, para producir energía. Según Mumford, el mejor momento entre la civilización humana y la técnica. En segundo lugar la fase paleotécnica, en la cual se produce una sobre explotación de los recursos naturales. Y la última fase, la fase neotécnica, que es la que caracteriza al siglo XX y en la cual la energía dominante es la eléctrica, pero se retoman algunos valores de la primer fase.


Teniendo en cuenta estas explicaciones, me pregunto entonces porque el miedo a la tecnología o su recurrencia por hacerla inmaculada si está tan claro que ésta se formó gracias a un proceso producido por el hombre. Hay una respuesta no muy compleja para esta pregunta, la cual evoca un tema constante en la sociedad actual: los intereses económicos.
Sabiendo la cantidad de dinero que se encuentra en manos de la tecnología, no es extraño que los grandes inversores la quieran posicionar a la tecnología como una ciencia implacable, divina e incuestionable. De esta forma, todos los usos moralmente incorrectos de la tecnología estarían abalados bajo el manto de la tecnología como ciencia independiente, inmanejable.Considero que como sociedad debemos intentar estar al tanto de las actividades tecnológicas para así poder discernir su verdadero concepto. De esta forma, podríamos juzgarla de una manera más profunda y asi poder considerarnos tecnófobos o tencnofilios si lo creemos necesario.


(*)Ciencia, Tecnología y Sociedad. Proyecto Argo. Materiales para la educación CTS. Segundo capítulo - Mariano Martín Gordillo (Coord.) - Grupo Norte, 2001, páginas 64-101


Links Relacionados

Videos

Imágenes

Una exigencia necesaria

Por Agustín Lasso.

“Se anuncian proyectos que hasta hace poco tiempo pertenecían exclusivamente al terreno de la ciencia ficción, plasmados en obras ya clásicas como Frankestein, Blade Runner y Un mundo feliz. Ahora estos proyectos, se debaten en diversos ámbitos, escenarios y tonos. Porque la humanidad parecería encontrarse ante una encrucijada exigiendo decisiones políticas y éticas que implicarán consecuencias irreversibles en el futuro de la especie” *(1). Estos tiempos en donde se encuentra parada la humanidad están determinados por estructuras sociales que no perduran en el tiempo necesario para solidificarse: se tornan en líquidas y flexibles. Es dentro de este marco que la humanidad se debe parar en medio de la encrucijada a la que se refiere la antropóloga Sibilia, y exigir participación política en la toma de las decisiones que impliquen consecuencias irreversibles para nuestra evolución como especie y sociedad; refiriéndome más específicamente a lo que respecta esta exposición: a la intervención en la toma de decisiones en cuanto al desarrollo tecnológico.
El autor Herminio Martins para analizar la tecno-ciencia (ciencia aplicada a la tecnología) actual utilizó a dos figuras míticas: Fausto y Prometeo. La alusión a estos dos mitos, es utilizada para explicar dos tiempos en los cuales se utilizó de distinta manera la tecno-ciencia. Al principio esta se encontraba ligada a la tradición Prometeica, que tenía una visión puramente instrumental de la técnica, apuntando al bien común de la humanidad (proyectando mejores condiciones de vida para todos); creían que había límites que la ciencia no debía traspasar. En el transcurso del tiempo, el autor denuncia que parece haber ocurrido un cambio de paradigma en el cual la tradición Prometeica fue desplazada por la Fáustica. Esta tradición no concibe límites en el saber y el dominio que puede propiciar la ciencia; abandona la ambición de superar las condiciones de vida actuales, y actúa cegada por un impulso hacia la conquista y control de la naturaleza y hasta del propio cuerpo humano.
En la década pasada las compañías tecnológicas vociferaron con insistencia las maravillas del mundo sin fronteras y el poder de la tecnología de la información. Hoy, dentro del marco actual, las herramientas de la revolución parecen estar sirviendo al objetivo contrario. La navegación por la red y los teléfonos celulares se han convertido en poderosas herramientas de vigilancia estatal masiva por parte de regímenes cada vez más autoritarios (ya sea Yahoo colaborando con el gobierno chino para localizar disidentes, o AT&T ayudando a la agencia de seguridad nacional estadounidense a grabar las conversaciones de sus clientes sin permiso judicial, algo que la administración Bush siempre desmintió). Naomi Klein, en su libro La doctrina del shock, aporta datos interesantes acerca del tema. Afirma que muchas de las tecnologías que se aplican en la actualidad en la denominada “guerra contra el terror” (video-vigilancia, rastreo en la red, recopilación de datos), se desarrollaron en el sector privado antes del once de septiembre para crear perfiles detallados de los clientes y abrir nuevas perspectivas para el micro-marketing. Cuando el malestar generalizado ante estas tecnologías de Gran Hermano detuvo el avance de muchas de estas iniciativas, las empresas se desanimaron. El once de septiembre acabó con ese malestar: de repente, el miedo al terrorismo era mayor que el de vivir en una sociedad vigilada. Así, la misma información extraída de las tarjetas de crédito se puede vender no solo a una agencia de viajes o a Gap a modo de datos de marketing, sino que también al FBI como datos de seguridad.
Actitudes por parte de los gobiernos y estados como esas, llevan a que la población que no esté muy relacionada con el tema en cuestión, adopte posturas radicales al respecto. No es por nada que haya tantos tecnófilos y tecnófobos dispersos por ahí. Estas actitudes surgen de considerar a la tecnología tanto desde la idea del determinismo tecnológico, en el cual se cree que la misma crea consecuencias inevitables sobre la sociedad; como de la idea en la cual la tecnología es considerada algo independiente a la sociedad (tecnología autónoma). Es así que resulta inevitable coincidir con el autor Gordillo en que “la tecnología es un producto humano y como tal revela los valores e intereses propios de los humanos” *(2). Es indispensable demandar una activa participación de todos los sectores de la sociedad en la toma de las decisiones políticas (que no esté basada en la sustitución de un miedo por otro, como en el caso de los actos posteriores al once de septiembre), referidas a los proyectos tecno-científicos, ya que hoy en día marcan el cambio de nuestras estructuras sociales, y nuestro comportamiento como sociedades e individuos.
Anatole France declaró alguna vez que “Sin las utopías de otros tiempos, los hombres vivirían todavía en las cavernas, miserables y desnudos. Fueron los utópicos quienes dibujaron el trazado de la primera ciudad. […] Los sueños generosos alumbran realidades provechosas. La utopía es el principio de todo progreso y el ensayo de un futuro mejor” *(3). Sin dudas que la meta de este proyecto tecno-científico está íntegramente relacionada con la idea de progreso que se concibe desde el seno del poder político actual (quienes deben tener serias ambiciones depositadas en el desarrollo del proyecto). Pero deberían tener más precauciones con las delimitaciones de lugares hasta dónde puede llegar o no esta tecno-ciencia; además de que deberían empezar a pregonar la participación de todo ámbito social en la toma de decisiones, porque es solo cuestión de tiempo para que lo comiencen a exigir con toda autoridad. No sea cosa que por perseguir un sueño, una utopía (como dice France), terminemos en una pesadilla irreversible de la cual no podamos escapar.

*(1) Sibilia, Paula, El hombre post orgánico, capítulo 1, página 12
*(2) Gordillo, Mariano Martín, Materiales para la educación CTS del Proyecto Argo, capítulo 2, página 21.
*(3) Bauman, Zigmunt, Tiempos Líquidos, capítulo 5, página 137.

Bibliografía utilizada:

Sibilia, Paula, El hombre post orgánico.
Gordillo, Mariano Martín, Materiales para la educación CTS del Proyecto Argo.
Bauman, Zigmunt, Tiempos Líquidos.
Klein, Naomi, La doctrina del shock.